¿En qué casos
recomendar multifocales progresivos en niños?
Martin Toledo Flores
Palabras
claves
Acomodación, afaquia, multifocales
progresivos, convergencia, insuficiencia de acomodación, esoforia, catarata
congénita.
Abstract
Recomendaciones y explicaciones del porqué
debería de considerarse la adaptación de multifocales progresivos en niños con
deficiencias en la acomodación, afaquia, etc.
Generalidades
Generalmente asociamos el uso de
multifocales progresivos para pacientes présbitas, aquellos que tienen
deficiencias en la visión cercana debido a un mal comportamiento de la
acomodación a causa de la edad. Y es que el uso de multifocales ha mejorado
considerablemente la calidad visual en estos pacientes, permitiéndoles buena
visión en todas las distancias y brindándoles funcionalidad en su vida diaria.
Sin embargo estos tipos de lentes no son
de uso exclusivo en pacientes présbitas. Al inicio hablamos sobre la causa de
la presbicia como un mal comportamiento de la acomodación. Es sabido por
nosotros que el cristalino conforme va envejeciendo pierde elasticidad y se
vuelve más rígido, evitando realizar una de sus funciones más importantes: la
acomodación. Entendemos por acomodación a la capacidad de enfoque que posee el
ojo siendo esta indispensable para la visión cercana. Ahora, que sucede cuando
esta capacidad se ve alterada en los niños como desórdenes acomodativos funcionales
o patológicos, ciertas esoforias, o la afaquia o ausencia del cristalino.
Exploremos cada una de ellas para poder entenderlas mejor.
Establecimiento del problema
Insuficiencia
de acomodación
Es un tipo de desorden acomodativo de
origen funcional y rara vez por problemas sistémicos y neurológicos, también
puede ocurrir por acción farmacológica.
Los síntomas asociados a esta afección
están principalmente en la visión cercana, cursa con astenopia y visión borrosa
(ocasional o constante), fotofobia ocasional, lagrimeo y escozor, y tensión
cervical.
Antes de empezar el tratamiento se deberá
eliminar la posibilidad de cualquier causa sistémica. Generalmente se trata con
terapia oculomotora y acomodativa.
Se sugiere la adición de lentes positivas
en la primera etapa del tratamiento aunque la meta es que el paciente pueda
realizar la acomodación por sí solo.
Fatiga
Acomodativa
Duane y Duke Elder, describen esta
condición como un estadío temprano de la insuficiencia de la acomodación, en
este caso el sistema visual puede realizar respuestas puntuales pero no puede
mantenerlas por cierto tiempo.
La sintomatología se asocia principalmente
a tareas de visión cercana, puede cursar con visión borrosa, dolor de cabeza,
escozor, ojos rojos, lagrimeo, fallas en la comprensión lectora, astenopia y
movimiento del texto al leer.
Antes de empezar el tratamiento se debe
compensar cualquier defecto refractivo y tener un énfasis especial en pacientes
hipermétropes. También es recomendado la terapia visual sobre todo en la parte
acomodativa.
La adición de lentes positivas también es
recomendada en este tipo de malestar.
Esoforia
Son estrabismos convergentes o nasales
bilaterales, como todo estrabismo posee dos tipos de componentes: uno motor –la
desviación en sí- y otro sensorial –la descompensación binocular que se
establece al romperse fusión-; suele establecerse durante los primeros años de
edad y mantenerse durante toda la vida si es que no recibe tratamiento. Se
asocia principalmente a problemas de acomodación, convergencia y a
hipermetropías.
Pruebas diagnósticas: test de oclusión
(cover test), Von Graeffe con prismas de Risley (para una mejor cuantificación)
y valorar la acomodación y convergencia para descartar influencia de ellas.
En el caso del tratamiento inicialmente se
puede tratar con prismas, terapia oculomotora que ayude a la convergencia y
acomodación, y también en casos elevados se recomienda el uso de lentes
positivas en algunos casos.
Afaquia
(ausencia del cristalino)
La ausencia del cristalino puede darse de
forma congénita o provocada.
La afaquia congénita es de rara aparición
y suele asociarse a otras anomalías como el microftalmos o en casos como la
trisomía del par 13. Se consideran dos tipos de afaquia: primaria, falla la
placoda lenticular y no engrosa; y secundaria, la lente se desarrolla pero no
involuciona.
La afaquia provocada, se adquiere por una
operación de catarata congénita. Este tipo de catarata generalmente ocurre por
una mutación genética autosómica dominante, puede ocurrir por trastornos
cromosómicos como el síndrome de Down, trastornos metabólicos, como la
galactosemia y por problemas intrauterinos como la infección por el virus de la
rubeola. El diagnóstico se hace por exploración oftalmológica, generalmente se
observa una leucocoria (pupilas blancas) producto de la opacidad del cristalino.
El tratamiento consiste en extirpación del
cristalino y posteriormente se coloca un lente intraocular (LIO) que suplirá la
ausencia de éste brindándole alto poder dióptrico positivo al ojo.
Multifocales
vs. Bifocales
Como hemos visto todas estas afecciones ya
nombradas generan problemas en cuanto a la visión cercana (aunque en algunas
cirugías de cataratas se colocan LIOs multifocales con ciertas limitaciones).
Fácilmente podremos desprender que puede utilizarse un tipo de adición positiva
para mejorar o suplir la pobre visión de cerca que poseen estos pacientes; sin
embargo un lente de cerca para un niño no es una opción conveniente de
tratamiento por las limitaciones de estos pacientes en cuanto a funcionalidad.
Por esta razón es que se utilizaron lentes bifocales para manejar a este tipo
de pacientes; pero gracias a la tecnología sabemos que esta no sería la mejor
opción, dados los problemas asociados al uso de bifocales: saltos de imagen
–sobre todo si son ametropías altas-; limitación en cuanto a enfoque a
distancias ya que sólo se poseen dos focos de visión; estéticas, pues es
complicado para un niño usar un lente más aun si éste posee una “ventanita” en
la parte inferior; y adaptación pues es tan limitada la visión con este lente
que a muchos niños les cuesta adaptarse.
Por estas razones es que se hace más
recomendable la adaptación de progresivos a estos pacientes pues conocidos los
beneficios que poseen los multifocales y gracias a las nuevas tecnologías de
personalización que los hacen más exactos; la adaptación, funcionalidad y
apariencia de estos los hacen cada vez más de elección por los especialistas.
Consideraciones para la adaptación
Se deberá tomar en cuenta las mismas
consideraciones al adaptar un progresivo convencional con algunas
modificaciones:
Altura pupilar, debemos tener en
consideración que las pupilas de un niño son más grandes que las de un adulto
regular, entonces para tomar la altura y considerar el correcto eje visual
deberemos iluminar las pupilas del paciente de tal modo que encontremos el eje
exacto. Sin embargo es recomendable también disminuir 1 mm a la altura
encontrada de manera que demos más énfasis a la visión de lejos; ya que es la
más usada por los niños.
Distancia interpupilar, se recomienda
tomar la distancia nasopupilar para una mejor adaptación.
Elección del armazón, gracias a la
personalización podemos escoger frente a una gran variedad de armazones
existentes en el mercado, sin embargo un armazón más pequeño que 23 mm de altura
sería contraproducente y podría dificultar la adaptación.
Conclusiones y recomendaciones
Cuando adaptamos un progresivo convencional debemos tener en cuenta la motivación del paciente para poder usar este tipo de lente.
Cuando se trata de pacientes pediátricos
la motivación es doble pues es a los padres a quienes hay que convencer cual es
la mejor opción para sus hijos. Por esta razón es muy importante no crear
falsas expectativas respecto a la adaptación y mencionar las ventajas y
desventajas (que ya no son muchas) respecto al uso de progresivos en niños.
Debemos tener en cuenta que la adaptación de
progresivos es mucho más dificultosa en pacientes con ametropías y anisometropías
elevadas, estrabismos y visión unilateral. Sin embargo esto no debería
limitarnos al momento de elegir la mejor opción para nuestros pequeños
pacientes.
Bibliografía
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